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"SUMATE, ORGANIZADOS PODEMOS”

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El año 2011 fue declarado el “Año del Trabajo Decente, la Salud y la Seguridad de los trabajadores” mediante el Decreto PEN 75/11,  reflejando claramente la importancia, que en el actual contexto socio-histórico y político, se le asigna al mejoramiento de las condiciones de trabajo y vida del conjunto de los trabajadores argentinos.

En esta línea, la revitalización y plasticidad de la negociación colectiva, abre la posibilidad de profundizar el debate sobre cuestiones no salariales, a fin de incorporar con más fuerza a las discusiones paritarias cláusulas vinculadas a la organización del trabajo, las condiciones en que el mismo se desarrolla y la protección integral de la salud, constituyendo un  desafío y una oportunidad para los sindicatos a la hora de sentarse a negociar.

Para construir la posición del SADOP en los  temas referentes a las CyMAT de los docentes privados, creemos importante comenzar preguntándonos ¿de qué hablamos cuando hablamos de trabajo y de salud?

Coincidimos en ver el Trabajo como una actividad vital de la persona humana, que tiene una dimensión de utilidad social y que es a partir del reconocimiento de este hacer, como el hombre se crea y transforma a sí mismo.

        La Ley de Contrato de Trabajo N° 20744 en su artículo 4 determina expresamente que el contrato de trabajo tiene como principal objeto la actividad productiva y creadora del hombre en sí”, introduciendo en la definición la variable de construcción de subjetividad humana a través del trabajo.

Una mirada histórica nos muestra que en la Constitución Nacional de 1949, el Dr. Arturo Sampay  ya había desarrollado la idea de construcción de subjetividad a través del trabajo. Entre los fundamentos que expuso en su calidad de miembro informante de la Reforma Constitucional, textualmente dijo: “el trabajo es la actividad vital de la persona humana. Que sea una actividad personal significa que no es simplemente una función mecánica, como la de un motor, ni un simple esfuerzo muscular, como el del caballo que arrastra el carruaje, sino un hecho de la inteligencia, de la voluntad, de la libertad, de la conciencia, un hecho que se eleva al orden ético”. “El principio del carácter personal del trabajo es título justificativo de los derechos del trabajador que pueden compendiarse en uno sólo que los sintetiza: respeto por la dignidad personal del obrero”.

Como vemos, Sampay introduce en su definición una nueva variable: la dignidad del trabajador, que queda efectivamente incorporada al texto constitucional, en el artículo 37 punto I “Decálogo de los Derechos del Trabajador”.

Esta noción de trabajo digno, surge desde y para las necesidades del colectivo de trabajo, buscando alcanzarlo a través de la participación de los trabajadores como sujetos políticos en la construcción del Estado, en la recuperación de la humanidad en el trabajo, en su intervención mediante sus representantes en la negociación colectiva y en una redistribución de la riqueza justamente equilibrada.

En consonancia con esto, cabe señalar que el trabajo es generador de salud cuando posibilita el crecimiento personal y se desarrolla en un ambiente sano y sin riesgos; cuando nos permite relacionarnos con otras personas y con grupos, entablando vínculos de cooperación y asumiendo diferentes roles. Si esto no ocurre, el trabajo se convierte en generador de conflictos entre las necesidades y expectativas de las personas y las exigencias de las condiciones y medio ambiente de trabajo.

Por lo tanto, Salud Laboral es la que “se construye en un medio ambiente de trabajo adecuado, con condiciones de trabajo justas, donde los trabajadores y trabajadoras puedan desarrollar una actividad con dignidad y donde sea posible su participación para la mejora de las condiciones de salud y seguridad”. (Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud –ISTAS- España)

Es necesario resaltar que “no habrá mejoras efectivas en salud laboral sin mayor democratización de las empresas y si no se amplían las posibilidades que los trabajadores, sus representantes y sus organizaciones sindicales ejerzan un control efectivo de los aspectos determinantes de sus condiciones de trabajo” (ISTAS).

Nosotros sabemos, que hay circunstancias en que la organización del trabajo no brinda los escenarios donde la actividad pueda desarrollarse bajo las condiciones de dignidad antedichas, provocando conflictos entre las necesidades y expectativas de las personas y las exigencias de las condiciones laborales. En estos casos, el trabajo no contribuye al crecimiento personal, ni al establecimiento de vínculos, ni a la construcción de la identidad  y todo ello, acarrea consecuencias en la salud del trabajador. Por esto, creemos muy importante mirar el trabajo y la salud de los docentes en el lugar en que ambos conceptos encuentran su relación: la escuela</strong>; poniendo al trabajador en el centro de la escena.

           Analizar el proceso de trabajo,  es esencial para poder comprender las CyMAT de los docentes privados y la relación que éstas tienen con la SALUD. Para observar las particularidades del PROCESO DE TRABAJO DOCENTE, tenemos que detenernos a mirar y estudiar el contexto macro económico, social y político en que el mismo se desarrolla. Las reformas educativas, los niveles de ocupación, las políticas de empleo, el financiamiento educativo, las políticas sociales, entre otros, son elementos a tener en cuenta. Asimismo, es necesario considerar las características propias de las empresas u organizaciones donde se lleva a cabo la actividad laboral, observar la escuela, el carácter  confesional o no de la misma, la composición social de la población que atiende, el tamaño del establecimiento, quién es el propietario, etc.

Debatir quién tiene el CONTROL del PROCESO DE TRABAJO DOCENTE requiere poder analizar ¿EN QUÉ CONSISTE LA TAREA DE ENSEÑAR HOY? ¿CUÁLES SON SUS CONTENIDOS? ¿CÓMO ES SU ORGANIZACION?, ya que factores tales como la fragmentación, el pluriempleo, la precarización, la imposibilidad del trabajo colectivo, ponen en debate si es posible o no la intervención activa de los trabajadores para transformar la realidad.

Y aquí aparece, uno de los elementos determinantes a la hora de medir la salud del colectivo laboral docente: la organización del trabajo. Actualmente, en este tema, se pone el acento en los llamados riesgos psicosociales en el trabajo: falta de “control”, exceso de exigencias psicológicas, falta de apoyo social, falta de claridad del puesto, poco margen  de autonomía, escasa compensación material o falta de perspectivas de promoción, ritmos de trabajo intensos, estilos autoritarios de gestión, multiplicidad de tareas. A esto, en el caso de las mujeres debe sumarse el tema de la  doble presencia (trabajo remunerado + gran parte del trabajo doméstico y familiar).

           Los problemas suscitados como consecuencia de la aparición de estos riesgos en los lugares de trabajo van más allá de la insatisfacción laboral,  pues se trata de realidades que perjudican la salud de los trabajadores, poniendo en riesgo además su integridad física y emocional, así como en ocasiones la propia vida.

 

          Frente a esto, la buena noticia es que la prevención es posible: diseñar una organización del trabajo más saludable, más justa y democrática, con la activa participación de los trabajadores y trabajadoras, ya que quien mejor conoce su trabajo y cómo cambiarlo es quien lo realiza.

          De esta manera, podemos decir que la salud laboral es una construcción colectiva que no se refiere sólo a mejoras de las condiciones de trabajo, sino también al grado de libertad que las personas tienen para  organizarlo, que les posibilita el desarrollo pleno de sus habilidades, como así también encontrarle el sentido al propio trabajo, contribuyendo a la conformación de la identidad tanto personal, como del colectivo al que pertenece.

Nuestra mirada hacia el futuro incluye la decisión de dar impulso a nuestra tarea de mejorar las CyMAT y ganar espacios de participación en la organización del trabajo cotidiano en la escuela, poniendo en práctica los derechos sindicales ganados y reconocidos en la normativa laboral vigente y defendiendo el derecho a trabajar saludablemente, es decir de forma justa y democrática.

 Debemos caminar hacia la transformación de nuestro día a día, participando activamente en la  estructuración de un andamiaje normativo que se adecue a los nuevos riesgos.  Es necesario hacer de los lugares de trabajo espacios donde el bienestar, la salud y la dignidad de los trabajadores se protejan eficazmente, contribuyendo desde una perspectiva del mundo del trabajo a generar una noción de calidad educativa que contemple al docente en su integralidad.

 

                                                          Secretariado Ejecutivo