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OSDOP, medio siglo al servicio de las y los Docentes Privados

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Nuestra Obra Social, está cumpliendo cincuenta años. Toda una vida haciendo realidad la atención solidaria de la salud de la docencia privada.

Por Claudio Gelati
Presidente OSDOP

La Obra Social de las y los Docentes Privados (OSDOP) es administrada por el Sindicato Argentino de Docentes Particulares (SADOP), se extiende en todo el territorio nacional y, como corresponde, su estatuto social (1-0630-2) se encuentra registrado en la Superintendencia de Servicios de Salud, brindando asistencia médica al personal docente (maestras, profesores, preceptores, secretarios, directivos) de establecimientos educativos de gestión privada, con o sin aporte del Estado Nacional o Provincial.

Como todas las obras sociales sindicales, su reconocimiento se remonta a la década del ’70, cuando la Ley Nacional 18.610 legalizó este tipo de entidades, estableciendo la obligatoriedad de su financiamiento mediante aportes y contribuciones de trabajadores y empleadores, y creando un órgano de contralor: el Instituto Nacional de Obras Sociales (Inos).

Históricamente, las acciones para prevenir y/o curar enfermedades estuvieron en Argentina a cargo de los distintos Estados (nacional, provincial o municipal), pero la experiencia no fue positiva. Por distintos motivos, numerosas familias quedaron desprotegidas con respecto a una adecuada cobertura de salud.

Ante esa cruda realidad, los dirigentes de diversos sindicatos, se preocuparan por brindar a sus trabajadores, una cobertura solidaria en materia de prestaciones médico asistenciales. En esa dirección, a fines de la década del 50 y principios de la del 60, varios convenios colectivos de trabajo establecieron cláusulas que obligaban a los empleadores efectuar aportes para atender la salud de sus trabajadores. Precisamente, en la década del 60, SADOP suscribió varios convenios colectivos con representantes de los propietarios de establecimientos educativos privado, anticipando lo que luego sería la OSDOP.

Más cerca en el tiempo, en agosto de 1980, se sancionó la Ley Nacional 22.269 que derogó la 18.610 e intentó regular de modo distinto al sistema de obras sociales. La normativa fue dejada sin efecto por la ley nacional 23.660 -actualmente en vigencia- que garantiza la continuidad de las obras sociales en todo el país. Si bien el objetivo de OSDOP y de todas las obra sociales sindicales, es atender la demanda de sus afiliadas y afiliados en temas sanitarios y obrar en consecuencia, en realidad, deberíamos hablar de un “seguro de salud”, que estimule y promueva la prevención antes que la curación.

Como obra social sindical, la OSDOP tiene un objetivo central que marca toda su existencia: garantizar el derecho humano a la salud pues, para nosotros, la salud no es una mercancía y, a diferencia de las empresas de medicina prepaga, no buscamos sacar rédito de un “negocio”, sino garantizar aquel derecho irrenunciable e indelegable.

Por supuesto que, en su medio siglo de vida, nuestra obra social debió afrontar no pocos desafíos tanto en el plano económico como en el político: fue intervenida por el Estado (y luego entregada a su legítimo propietario, el SADOP), se la intentó vaciar de afiliados mediante leyes provinciales que la Corte Suprema de Justicia de la Nación declaró inconstitucionales y también se la intentó poner “en competencia” con las empresas prepagas mediante un Decreto del año 2001, felizmente anulado por la Justicia en todas las instancias. A diferencia de los institutos provinciales y las empresas de medicina prepaga, OSDOP contempla la participación docente en su administración.

En lo económico, la obra social salió fortalecida de las numerosas crisis que ha debido enfrentar nuestro castigado país. Hoy, y como tantas otras veces, OSDOP enfrenta con optimismo dos realidades que han golpeado duramente a la Argentina: los cuatro años de neoliberalismo impuesto por la administración de Mauricio Macri y los dos años de pandemia
generada por el virus COVID-19. Ante este escenario, desde OSDOP tenemos la certeza, el convencimiento y la seguridad de que, como siempre ha sucedido, la institución saldrá fortalecida, manteniendo la atención de sus afiliados de forma solidaria y sustentable. En esa dirección, sólo tengo palabras de agradecimiento por su cooperación para todas y todos los
docentes privados así como para los y las compañeras que trabajan en la OSDOP.