El Gobierno de la Provincia de Buenos Aires tiene una política sobre los pueblos originarios.
Este momento es el INTI RAYMI, que en el calendario quechua-aymará, marca el inicio del año 5505. Este momento no es elegido al azar, en el ciclo de los días y las noches, el Camino del Sol señala la noche más larga (Solsticio de Invierno). Esa noche es muy esperada.
Se ruega y se hacen ofrendas para que el nuevo ciclo pueda comenzar, se calienta a la PACHAMAMA o tierra madre para ayudarla y llamar a INTI, el antiguo padre que preside todo lo que vive en el aire, el agua y la tierra. El año nuevo, el nuevo ciclo solar es recibido de la mejor forma posible, bailes, comidas y bebidas, bandas, músicos y diálogo, acompañan la espera de esta larga noche. Los ancianos más respetados instruyen a los demás sobre su origen, su comunidad y su compromiso con las formas de vida y su relación directa con la naturaleza.
Cuando las fogatas dejan paso al INTI, el Sol, todos se vuelven a él, y reciben sus rayos con los brazos extendidos), otros servían platos preparados con CHUÑO, PAPA-LISA, QUINUA, etc.
Por otro lado las IMILLAS (jovencitas), entre risa y risa, invitan con la tradicional CHICHA, que ellas mismas preparaban para la ocasión. Todo era fiesta, total alegría, era cantar y bailar esperando el calor de un nuevo día, de un nuevo ciclo. Cuando los primeros rayos del sol asoman por el horizonte, los cuerpos se estremecen de emoción, se levantan las manos con ofrendas de agradecimiento, otras esperando las energías cósmicas de fortaleza y vitalidad.
De la misma manera con ofrendas y sacrificios a WIRACOCHA (Creador del Universo), con CHAYAS a la PACHAMAMA y desde el corazón, de la memoria y la boca, nos llegan estos relatos a nuestros días….
Los pueblos andinos del TAHUANTINSUYU, desde siempre creemos en el poder divino del Sol. Nuestro TATA INTI (Padre Sol), es el creador de la vida sobre la tierra, es también creador de las bondades de la PACHAMAMA.
Nuestros Ancestros, en su cosmovisión, entendían la íntima relación: PACHAMAMA, HOMBRE Y SOL, de ahí los grandes festejos de agradecimiento, valoración, promesa y ofrenda al TATA INTI, acontecimiento éste que se celebraba anualmente en el mes de Junio, al cual denominamos INTI RAYMI (Fiesta del Sol).
VIAJANDO EN EL TIEMPO.
En la antigüedad, en el TAHUANTINSUYU (las cuatro regiones del Sol), llegaban los comunarios a los alrededores del INTI HUASI (Templo del Sol), para el encuentro de convivencia entre las comunidades, esperando la llegada del sol y dar comienzo al gran festejo de unidad, esperanza, deseos de un nuevo ciclo para la familia y las comunidades.
Fogatas de gran magnitud daban luz y color a la noche más fría del año: PHUTUTUS, WANCARAS, TARCAS, SICUS y un sinfín de instrumentos daban su armonía, con melodías de misteriosa alegría, que invitaban al baile, al canto y la pasión del amor. En una noche que nadie dormía hasta la llegada del Sol… era la fiesta de la gente y del Sol.
Entre tanto, las WARMIS (mujeres), afanosamente servían en CHUAS (platos de barro) trozos de carne asada con MUTI (maíz cocido, papas, queso), acompañada con LLAJWA (salsa de tomate con ají) NOSOTROS, LOS HIJOS DEL SOL, VOLVEREMOS…