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NUESTRA INDEPENDENCIA

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EL CAMINO DE LA INDEPENDENCIA: DE 1810 A 1816

El 9 de julio de 1816 es el Día de la Independencia en Argentina. Pero ¿cómo se llega a ese estado?, ¿qué hechos y condicionantes permiten la Declaración?. Para muchos la Patria nace el 25 de mayo de 1810. Pero ¿por qué para ser independientes hay que esperar a 1816?

Los argentinos tenemos un origen, por lo menos complicado, al tratar de explicar el período que va del 25 de Mayo de 1810 al 9 de Julio de 1816, “revolución sin independencia”.

Todo empezó años atrás… España, donde reinan Carlos IV y su hijo Fernando VII ha sido invadida por los ejércitos franceses y frente a eso se revela el pueblo español un 2 de mayo de 1808, creando “Juntas” y una Central en Sevilla. Así se inicia la lucha heroica del pueblo español por la liberación nacional, contra el absolutismo y a favor de nuevas ideas de libertad, igualdad y justicia. Este movimiento elige como referente a un hombre prisionero de los franceses, que tiene derecho a gobernar España por la vía monárquica, pero que se manifiesta a favor de las nuevas ideas democráticas: Fernando VII.

 Por otra parte, la revolución española – por intermedio de la Junta Central- hace saber a las tierras de América que no son colonias, sino provincias de España con igualdad de derechos (22 de enero de 1809). Y convoca a los pueblos americanos a que se organicen en Juntas (28 de febrero de 1810). Es así como rápidamente, la revolución se expande en pocos meses por Hispanoamérica, a través de Juntas y en nombre de Fernando VII, continuando así el proceso democrático español. En el Río de la Plata, llega el 25 de mayo de 1810. Se forma la Primera Junta de Gobierno en Buenos Aires y sus integrantes juran fidelidad a Fernando VII.

¿Cómo es posible que los integrantes de la Junta juren fidelidad al Rey de España, en el momento de asumir el poder encabezando una revolución cuyo objetivo sería separarse de esa dominación?

Pues, mientras Fernando VII permanecía cautivo se convirtió en símbolo de las aspiraciones nacionales españolas. Derrotados militarmente los franceses, Fernando recuperó el Trono, pero tan pronto como llegó a España se apresuró a restablecer la monarquía absoluta del siglo anterior,  persigue a los liberales, anula la constitución democrática de 1812, y la obra reformadora realizada en su ausencia por las Cortes (1814).

El resto del reinado de Fernando VII estuvo marcado de una represión sangrienta contra los movimientos de inspiración liberal. Durante los «seis mal llamados años» (1814-20) se limitó a restaurar la monarquía absoluta como si nada hubiera ocurrido desde 1808.

 Por eso nuestro San Martín, a la sazón gobernador de Cuyo y en trance de organizar el Ejército de los Andes, ya nada puede esperar de la España democrática y es su convencimiento de la necesidad de declarar la independencia. La reclama con urgencia y así se lo hace saber en sus cartas a Godoy Cruz:

«¡Hasta cuándo esperamos declarar nuestra independencia! ¿No le parece una cosa bien ridícula acuñar moneda, tener el pabellón, y por último hacer la guerra al soberano de quien en el día se cree dependemos. ¿Qué nos falta más que decirlo? Por otra parte, ¿qué relaciones podremos emprender cuando estamos a pupilo? Los enemigos (y con mucha razón) nos tratan de insurgentes, pues nos declaramos vasallos… Ánimo, que para los hombres de coraje se han hecho las empresas. Veamos claro, mi amigo; si no se hace, el Congreso es nulo en todas sus partes, porque reasumiendo éste la soberanía, es una usurpación al que se cree verdadero, es decir, a Fernandito.»

Fernando VII, ya no era el mismo, había dejado de ser esperanza. En el presente se lo veía organizando un fabuloso ejército para recuperar el territorio emancipado y restablecer el absolutismo antidemocrático. El ejército español había comenzado a avanzar por América Latina derrotando a una parte de los movimientos independentistas americanos. Ahora sí, habiendo perdido todas las esperanzas puestas en su persona, y a pesar de las condiciones adversas, había llegado el momento de declarar nuestra independencia. En 1816, convergieron dos hechos fundamentales para la historia nacional: la declaración de la Independencia y la organización final del plan continental del general José de San Martín, que sería el garante de esa independencia y la llevaría más allá de las Provincias Unidas. Esto llevó a que se reúnan en Tucumán 29 diputados que comenzaron a trazar los lineamientos de lo que luego sería Argentina. Finalmente, y después de arduas discusiones, el 9 de julio de 1816 los representantes firmaron la declaración de la Independencia de las Provincias Unidas en Sudamérica y la afirmación de la voluntad de “investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli” y “de toda otra dominación extranjera”. De este modo, después del proceso político iniciado con la Revolución de Mayo de 1810, se asumió por primera vez una manifiesta voluntad de emancipación.

RECURSERO

https://www.argentina.gob.ar/noticias/9-de-julio-dia-de-la-independencia-argentina